lunes, 6 de octubre de 2014

La esquina de la araña




Me ocurre como en El mito de Theuth del Fedro de Platón. Dudo de la escritura. Pero también muestro recelo al diálogo. Lo no escrito es doctrina, lo escrito falso criterio. El hombre con sus actos tan solo resalta lo previsible, que siempre será mentira.

Sube una araña por mi pierna derecha y siento sus patitas. Al primer intento de soltar la mano cae al suelo y se aleja hacia una esquina. La persigo. Todo se realiza en silencio. Nada está escrito.

¿Para elegir lo bello y lo hermoso hace falta escribir o mentir?