martes, 23 de septiembre de 2014

Sin mérito (el orden de la mediocridad)




Las hormigas recogen alimentos sin descanso. Alrededor de las bellotas que han caído al suelo todo son insectos. Ordeno los libros en las nuevas estanterías. Solo organizo poesía contemporánea y filosofía. Colecciones completas.

El tono nogal en el pino chileno da un color rojizo a la madera. Pero el lomo de los libros, dispares, enriquece el espacio. Buscaba un fondo corto, muy pequeño. Un solo libro de poesía que no tenga más de 18 de ancho.

Un antisistema es un individuo que se opone a lo establecido, y se hace notar, y se deja ver. Suele vivir del pasado, en el pasado y con el pasado. Y el pasado no existe, luego el antisistema es pasado.

No he colocado aún las casas de los pájaros, esperaré a la primavera, en otoño aparecen y desaparecen, como los frutos del huerto que arranca Francisco sin mérito y sin compasión.

Solo tomo cebollas y pimientos, estos últimos enriquecen. En el armario del último cuarto, y bajo la oscuridad, guardo bolsas negras repletas de calabazas y calabacines. Otorgan alimento hasta el próximo verano. Sin luz conservan casi todas sus propiedades. Endurecen su piel aunque el fruto es jugoso y con sabor al orden de la mediocridad.

Recibo visitas. Últimamente acuden elementos y sombras con poca paciencia. Frío unos pimientos con cebolla junto a una infusión de hierbaluisa. Las manos huelen bien. El corazón aguarda. El corazón espera.