viernes, 24 de enero de 2014

No retorno




Los sueños del joven poeta se reflejaban con las ramas en el agua. Pronto la expectación dio paso a la realidad, y en ella los sueños prevalecen.

Hay un punto, que llamamos de no retorno, al que viajan muchos, la mayoría. Aquellos que no aceptan que la línea es transparente, que existe, que hay realidad en la virtud. Aquellos que no aman el silencio y la soledad.

Antes de alcanzar el punto de no retorno el aprendiz se ejercita en la ironía, la alimenta. Pero muere en su propia conciencia, ausente de armonía.