sábado, 21 de diciembre de 2013

El humo




La chimenea arroja humo dentro de la casa. He abierto las ventanas y entra el frío. La purificación de su golpe en el rostro es alimento. De pequeño siempre me dijeron que el calor mata y el frío conserva.

Escucho a Triana. Hay un verso en una canción que dice algo así como que la música es bella si sale de la risa. Limpio las nuevas casas de los pájaros. Les seco el barniz y la pintura. Apenas puedo respirar por culpa del humo, un humo gris como la melancolía.

La cuestión era más grave. Ardía la madera que cubre todo el pretil de la chimenea. Arrojo agua. Hace frío.

La verdad de la vida es dar las gracias. Lo que podía haber sido y lo que ha sido apuntan a un solo fin que está siempre presente. Llueve. Ha comenzado a llover. Escucho a Triana., Lo vulgar no es coherente. Las moscas existen. Los gilipollas siguen entre nosotros.

Mi nieto, con su voz de cansancio, despierta del letargo. Quiero vivir pero las horas mueren. Las horas condicionan. Las horas hacen que el aire se destruya si no estamos encima.

¡Vida! Digo vida y muero.