martes, 24 de septiembre de 2013

Una equivocación




Solo observo siniestros. Como si las pupilas retuvieran imágenes sombrías y falsas. Hoy estaban en Arcos, en Jerez. Los círculos se estrechan.

Los siniestros han engañado a la poesía contemporánea. Aquello que merece la pena y es verdadero, lo ocultan. Solo hablan de ellos, de sus correligionarios, milicias de berenjenas. Mucha estética y poca ética. Son como el reflejo de Cosmopoética, nada se fundamenta, ni hay peso ni literatura.

Que en Arcos de la Frontera no ha nacido un poeta como Julio Mariscal Montes es una verdad tan grande como un templo. Aunque los otros no poetas de Arcos intenten tapar lo mejor de su obra aún inédita.

El falso dios me engañó. El falso indolente indujo a la apariencia. El gato sin cola fue una ilusión.

Vengo a decir que lo siento. Tengo ya muchos motivos. Llamo a Satanás. Acude con premura. En la cama mantiene el hueco de salvación pero está asustado. Los poemas de Parra le escandalizan.

¿Dudas? ¿Sigues dudando? Mira a tu alrededor. Si alguien habla de sí, de su obra o de sus actos, es siniestro. Aléjate del mundo, la vida es mentira. Una equivocación repleta de falsedad.

Vengo a decir que sin dios todo está permitido.