sábado, 29 de diciembre de 2012

"En cuatro días"



Ser uno mismo siempre,
acostumbrarse a ser o a no ser nada,
olvidar que uno tiene apenas cuatro días
para cambiar el mundo
o vivir o ser algo,
y hundirte en la miseria
con los mismos motivos que llevan a la fama,
en sólo cuatro días.

Y llevamos muriendo varios años,
pensando que el acierto de ser hombre
no es más que un enunciado metafísico,
y no eres más que un pez
o una estrella o una nube,
y no eres más que un alma del siglo dieciocho,
porque vivimos apenas cuatro días,
los mismos que nos llevan
a agradecer la vida.



De Última cordura, Betania, Madrid, 1993.