miércoles, 1 de agosto de 2012

El bote de espray


EN la administración de la justicia radica la esencia de Fábula. Y eso es todo, aplicar una de las cuatro virtudes cardinales como quien desea el viento. Los sueños, las nubes y el miedo me acompañan. No mantengo la calma.

En Cádiz hay un perro muy viejo que me saluda cuando paso a su lado. Se llama Sultán y es blanco y negro, como el caos. En mi viaje a la luna comprobé, correctamente, que la pena acaba siendo castigo, por eso sonrío en las igualdades.

La crítica poética de hoy es humo, los que la ejercen son los no sinceros. Ayer por ejemplo, un  poeta vulgar y mal intencionado remitió a sus contactos la reseña que un famoso especulador había realizado sobre su último poemario. Y se sentía orgulloso. Algo así como Juan Ramón en Puerto Rico. Y resulta que el no sincero había recibido el encargo de un medio de reseñar la obra por un puñado de euros, y si la comunicación era certera (se diga o se mantenga en secreto) repetiría páginas en ese medio.

Al servicio de la justicia me dije mientras sorbía el MM con la Custom en las manos. Eso es todo. Lo que se puede contar y a lo que se reniega. Lo que nos llega y lo que se mantiene.

Siento curiosidad por las hormigas que ocupan el hueco del acebuche. Forman una gran hilera, la desesperación, el orden y el agrupamiento. ¿Se regula la igualdad? Nunca. ¿Se establece proporción? Apenas.

Junto a la cama de mi dormitorio una araña ha sobrevivido a los botes de espray para matar insectos. Es una araña grande, un cuerpo menudo sobre patas enormes. Asusta. No es para tanto. Me he quitado el zapato y he dejado una mancha en la pared tan blanca. He limpiado con la mano lo que podría haber sido. He tomado el pañuelo del bolsillo izquierdo y lo he humedecido en el grifo del baño. He limpiado los restos de la araña. Es la administración de la justicia sin poseer autoridad. No resuelvo las dudas, las expongo. Y la duda es pasado, generación, poema.

Fábula permanece, crea una corte de adeptos que administran justicia. ¿Pasado? ¡Qué más quisiera yo! Solo resuelvo dudas, soy un designio, la duda, el cumplimiento. Pero habito en ese centro indudable que todo proporciona.