viernes, 31 de agosto de 2012

Ajenos


DANTE sostenía que la esencia del infierno era su entendimiento. Y lenguaje y palabra avanzan de la mano hacia la razón verdadera, hacia el centro indudable.


Fuera de nosotros somos más puros, más auténticos. Alejados de todo cuanto conduce a la falacia. La búsqueda de la pluralidad es la consecución de la armonía. Pero hay que estar fuera. Ser, siendo ajeno a nuestro espíritu.

Y olvidar que uno tiene apenas cuatro días para cambiar el mundo, o vivir, o ser algo.

El lenguaje es la palabra, y habita en el infierno.

jueves, 30 de agosto de 2012

Nadie


NADIE tiene autoridad para juzgar lo bueno y lo malo. Nadie puede balbucear frente al molino o junto a la pared manchada por las encinas. Pero Nadie nos dice que mañana es domingo y nunca se equivoca.

Durante mi primer, y único, viaje a la luna determiné dos cuestiones fundamentales. La primera que el poeta se hace poco a poco. La segunda que la poesía es infierno, y el infierno es de nadie.

Así pasaron los días entre nubes y luz. Entre agonías y desesperaciones. Si alguien tiene autoridad no estaba allí arriba.

miércoles, 29 de agosto de 2012

La gran renuncia



EN LA verdad se justifican los mandamientos de la poesía. Y la verdad es sinceridad, libertad, infierno. Los artilugios permanecen inalterados a pesar del paso del tiempo. Asoman la palabra por encima del cuaderno marrón y vuelven a esconderse para evitar ser localizados. Como un matiz que resplandece por el césped, como un desvío que vuela por encima de la cabeza.

Una araña me observa. Tiene muy largas las patas. Poco cuerpo para tan grandes extremidades. Asusta, impresiona. Con la mano desde la cama doy un golpe seco en la pared. Se encoge. Cae al suelo. Parece un artilugio.

No tratemos ya de ellos, mas mira y pasa. Acompaña Dante en el camino a la justificación. Y como Dante, Juan Ramón o Parra. Los artilugios son alegorías.

Aquel que miserable hizo la gran renuncia. Hace frío. Llega el viento. El poeta irrumpe en la historia con el cuaderno marrón en la mano y la verdad en la palabra. La auténtica sinceridad.

Los artilugios lloran, elevan los rayos rojos a las nubes. La tierra permanece húmeda. Es la verdad.

Es lo que quiero, y no preguntes más.

martes, 28 de agosto de 2012

Infierno


EL INFIERNO de la sinceridad es el infierno de la libertad, la morada del verso puro. Dios no puede estar cerca, lo alejo con la mano impidiendo que cruce el paso hacia el centro. Debe permanecer junto a su árbol. Donde habitan los hombres sin pasión.

Ser libre y sincero en un país de necios es el infierno. Bajo el velo de versos enigmáticos. Sobre la piel del mundo.

lunes, 27 de agosto de 2012

Lectura


LEO para poder vivir en el infierno.

El lunar y el afecto



BAJO una nube muy gris reconozco que dios era Dios. Me cansaban sus explicaciones, siempre todo en él eran argumentos pasados de rosca para justificar lo que ya se sabe. Cuando habitaba en silencio le miraba su rostro, escuchaba el mutismo.

Hay días en los que pretendes demostrar y no eres consecuente, cansas, agotas. El diario de su vida dejaba de tener sentido. Hablaba de lo mismo, repetía las ideas como quien abre una puerta varias veces.

Este dios era Dios. El que habitó conmigo, el que desperdició su eternidad para ser por un instante justo. No pudo amar. Se conformó con observar las encinas aunque repetía, constantemente, frases sin argumento, versos sin contenido.

Recuerdo mucho a dios. Era la compañía, el verbo, la premisa, como un endecasílabo. En ocasiones le pedía que dejara de hablar. Me agotaba. Una lucha permanente entre el yo y el nosotros sin pasar por el ellos.

Ahora todo es distinto pero traigo a la memoria cómo descubrió el lunar de Natalia, la libertad endemoniada de Jorge o las fotos de Nacho con Sharleen en Londres.

Supo darme una facultad natural condicionada por quien se siente esclavo de sí mismo. Licencia o privilegio. Me apartó de la poesía para centrarme en el derecho a propagar la propia voluntad del verso. Y en el verso la palabra, y en la palabra la lectura.

Suena el teléfono sin descanso. Miro la nube gris pero no hay viento, hay observancia. ¡Qué lejos queda el centro y qué cerca se mantiene el árbol de dios! Hay que elegir. En ambos lugares encuentro el alimento. A las puertas de uno con Platón, en el centro del otro con Parra.

Soy débil. No poseo resistencia al fracaso ni al éxito. Me difumino en la nube y en su gris con mi verde.

Fumo para ceder fácilmente al afecto.

Escribo por resistencia a la moralidad.

viernes, 24 de agosto de 2012

Naturaleza viva


LA PALMERA washingtonia, cuando hay viento, emite un chasquido en sus ramas. En cambio las cocoteras asustan. Crujen en un sonido seco. Miro a ver si ocurre algo pero siguen allí. Agitándose al compás de la naturaleza.

Hay ruidos por todas partes. El pilón que lanza el caño, la propia construcción, los pájaros, los insectos. Todo es naturaleza. Naturaleza viva.

He soñado que han muerto los poetas, todos los poetas. En la tierra solo quedan lectores. Sinceros que no opinan de lo ajeno y se nutren del alimento más puro. Los libros de Platón acaparan todas las bibliotecas, las públicas y las inciertas. Es un sueño violento.

Las encinas han comenzado a desprender su jugo, alimento para las hormigas. Ensucian las baldosas y desesperan la vida. Cada golpe de viento arrastra muchas hojas que caen por todas partes. La piscina se cubre de amarillo por los acebuches.

Con el paso de los días los diálogos de Platón permanecen inalterables. Naturaleza viva. Juego a ser y a no ser. Me escondo de los buenos. La ley de lo indudable.

He soñado que habitan los lectores. Leer es escritura, la más pura belleza, como una tonalidad de verde y de amarillo. Tiemblan las piernas mientras sostengo el último cuaderno marrón. Tiemblan de rabia. Miro las palmeras. Permanecen en su sitio, sólidas, manifiestas. No hay viento pero su agitan sus ramas.