jueves, 8 de marzo de 2012


HAY que diversificar, utilizar los nombres para otorgar apellidos, describir los procesos con sucesiones y principios. Hay que contextualizar, nada es uniforme y mucho menos único.

No respondo a las llamadas, no contesto a los correos. Aparece lo falso pensando que te creces y todo lo que dices es mentira. ¿Piensas que he podido creer que lo probable es significativo? Accidentalmente pude hacer que confiaras, pero eso era dualismo. Existe el equilibrio en el mundo, pasión, tradiciones populares, contrarias y plurales que son determinadas.

Sobre la encina pienso, bajo ella razono. Ahora digo que sí para describir las extensiones, nada más. Es la intencionalidad. ¿Crees que has triunfado? ¿De verdad? La razón no es específica, es de la palabra.

Tres necios que me escriben, cuatro ignorantes que proclaman y cinco imprudentes y tercos que se lo creen. Sigo en la azotea. La cubierta es la sede de Dante, de Zambrano, de Juan Ramón, de Rilke. ¿Deseas algo? ¿De verdad?

La conformidad es el principio de la manifestación, de la contrariedad. Es el juicio de la cualidad. Y existen los contrarios en el asentamiento.

Voy trazando un diagrama que represente la cantidad de mentiras que rodean la poesía, como moscas verdes volando sobre la mierda. El dibujo geométrico es la acción y la reacción. La supervivencia.

Tengo hambre. Cuando hay alimento existe la creencia. Se hace tarde. La vela se apaga, dices que cuesta comprender y repito: lo mismo de las cosas, el compromiso y su constitución. Los poetas que piden solo son la mentira.