domingo, 18 de diciembre de 2011



LOS cuadernos marrones recogen toda la cortesía. La esencia y las palabras que menciona don Nicanor. Hay tres repletos, y en ellos se almacenan desde expresiones frías hasta respuestas tropicales. Los gatos suelen tener poderes, presienten las vocales. Abiertas y cerradas a su antojo, deciden el día de la noche, el respeto y la miseria.

En el cuaderno azul habitan los desvíos. Sobre él pongo azúcar para que las hormigas se entretengan. También es cortesía.

He dejado los cuadros por el suelo, la música sobre la cama y el corazón, que tiene hambre, pasea por la cocina. Entre el miedo y el sueño me quedo con diciembre. En este mes recuerdo lo probable, lo que podía haber sido y nunca fue. Un rostro y muchas hostias. Marcaba la esperanza con el dedo y la perdía en el hilo telefónico. Eso es la cortesía.