martes, 27 de septiembre de 2011

61 (Sesenta y uno)



Mientras me des la mano y no pidas los versos que no sabré escribirte estaremos tranquilos. La conjunción se queda en la sobrecubierta, con papel holandés, como en la ceremonia de la búsqueda, que es ya descubrimiento.

Las estaciones muertas, la realidad presente, la profunda quietud, la afanosa dulzura, mi negra vida. Anda Leopardi, vayamos más adentro, aunque sea de tu mano.