viernes, 8 de julio de 2011

Ochenta y seis



Los girasoles están secos e inclinados. La luz los desbarata y pierden un color que amarillea. El calor de este tiempo de diciembre muere otra vez. Siempre es diciembre en nuestras vidas.

Los matices son las improntas que definen el tono del poeta. Los clásicos sabían de los matices y en ellos se descubren muy rápido. Sin matices los versos no apasionan. La poesía será hermética, vacía, incluso en la experiencia se ausentan los matices a menudo. Escribir bien y bello es fácil, vivir con los matices en tus versos es lo más complicado de diciembre.

Hoy un matiz visita mi cuaderno. Nunca se fue de él, mis matices son siempre los mismos. Se marchan por el campo a descansar y vuelven cuando quieren. Tienen la puerta abierta.

Los girasoles hablan mientras camino entre ellos. Dicen que no respetan la ansiedad. Su inclinación me envuelve. Siempre es diciembre.