viernes, 4 de febrero de 2011

Preliminares en el Falla



Dentro de unas horas comienzan en el Gran Teatro Falla de Cádiz, las preliminares del certamen del COAC de 2011. Una edición muy larga, para acabar en marzo. Y allí estaremos. Hoy el Selu nos hará el tipo. Un coro de Sevilla, una comparsa de Córdoba, agrupaciones de Puerto Real o Valverde, y en fin, el ambigú del Falla se prepara para los cortos cubatas en vaso de plástico.

La cara de pan de Vicente Sánchez, y los pantalones apretados de Teófila.

Hará una mínima de ocho grados y máxima de diecisiete. A las nueve y media de la noche, Juan Carlos Aragón tiene el último ensayo de Los Príncipes. Y allí estaremos. Un abrazo, un saludo. Y al Falla. No podemos perdernos al Selu, sobre las once u once y media.

Onda Cádiz vuelve a retransmitirlo todo. Mi sitio se repite otro año más. En la fila doce del patio de butacas. En el pasillo, que tengo las piernas muy largas.

Julio Pardo es el pregonero de esta edición. Se lo merecía. Al igual que Yuyu tenía que estar en el teatro. Tantos y tantos castigos del jurado le queman. No se pierde la ilusión pero sí la paciencia.

Sobre mi cabeza la voz de María, y los desatinos de aquellos que quieren crear escuela. En la escuela del gallinero.

Un año, y por invitación, en el anfiteatro se sentó junto a mí un señor con mucho arte. Tenía delante una columna. Su asiento era de visibilidad reducida o nula. Mientras actuaba la chirigota de los abuelos (que también lo hace esta noche) me dijo: “¿Tiene usted una rotaflex hijo?”. Ante mi asombro y mi silencio se marchó. Después del descanso llegó con un serrucho intentando cortar la columna.

Siempre que estoy en Cádiz, y en el Falla, me acuerdo de JRJ. No lo puedo explicar, es algo que ocurre y no busco lógica. Pero allí está, en mi cabeza.

A las ocho y media suelo comprar el bocata en Madueño (de chicharrones con sal y limón -como el MM-). Y lo guardo entre el pantalón y el chaquetón. Los malanges de los vigilantes no te dejan entrar con comida. Hasta te miran el carné acercándolo a los ojos.

El pasado año, en una sesión de cuartos, acudí con la invitación de una mujer. El vigilante al pedirme el dni, dijo: “¡Coño Javier, hoy te llamas Aurelia!”.

Ya saben, si desean pasar un buen rato, varias semanas, en Onda Cádiz, o les espero en la fila doce del patio de butacas, en el pasillo. Están invitados a un cubata, aunque sea en vaso de plástico.