martes, 23 de noviembre de 2010

The Face (setenta y cuatro) (Tercera Inclinación)



El jueves cumplo años. Uno más. Y aunque deseo que se acabe, la vida sigue regalando eternidades. Me visitan y hablamos de poesía. No sé hacer otra cosa. Mañana poco más de lo mismo. Y así pasan las horas. Fernando maqueta los últimos retoques de una nueva colección. Vela de Gavia. Colección de poesía. Hace tres libros magníficos. De José María, de Manuel y de Olga.

Leopardi sigue llenando la vida. Hoy he leído a José Miguel muchos poemas. De Pablo, de Víctor, de Antonio, de Jaime, de Claudio. He leído mucho. También he leído a José Miguel. A Cotta lo he visto cruzar Enramadilla cuando marchaba a Siltolá. Era tarde. Muy tarde.

Hoy hace menos frío que ayer. Y mucho más que mañana. Julio me avisa y me corrige. Y Julio tiene mucha razón. Juan Antonio es amable y cortés, y me invita. Todo un mundo alrededor, personas eternas y gentiles. No sé hacer otra cosa. Se observan las fotos del sábado y sonrío. ¡Qué arte!

Un emigrante italiano escapado de la película Good Morning Babilonia (1987). Cotta podía ser Joaquim de Almeida. Pero creo que era uno de los hermanos Taviani. O los dos. Paolo y Vittorio. Jurado era Marcello Mastroianni en Ojos negros (1987). Pámpano era Pablo. Y también era Javier Bardem en Antes que anochezca (2000). ¿O era Julian Schnabel? ¿O Reinaldo Arenas? Introducción y detalles (1991) y Última cordura (1993) se publicaron en la misma editorial en la que Arenas publicó Leprosorio (en 1990).

Y ¿yo quién era? Se ha dicho mucho, y me conformo con ser Daniel Day-Lewis en La insoportable levedad del ser (1987). ¡Muchísimo!

En 1987, mientras preparaba Poesía contemporánea en Sevilla (1987) y se traducía al inglés Sobre la literatura y el arte (1986), descubrí tres películas eternas. Que aún conservo, que aún veo de vez en cuando, porque no me cansan, como no cansa la poesía de los grandes. Buenos días Babilonia, Ojos negros y La insoportable levedad del ser.

Y después de muchos años, nos encontramos en Isla Mágica para rememorar los actos pasados. La nostalgia. Y recuerdo escenas de las películas sobre el tiovivo.

La vida es eterna, aunque me canse, es eterna. Es eterna mientras dura.