jueves, 18 de noviembre de 2010

The Face (setenta) (Tercera Inclinación)



He acudido al árbol para hablar con dios. Estaba ya cansado de tantos monólogos absurdos. Un compañero es un compañero y la soledad requiere ofrecimiento.

Dice Diego Molina que dentro de unos años los libros serán más objetos de culto que ahora. Comprar una primera edición de JRJ es posible todavía. Siempre hay algún ignorante que ha recibido una herencia y los libros los vende a treinta euros.

Dentro de unos años, se pagarán fortunas por la primera descarga digital de Rosales con virus. Dentro de unos años lloraremos la ausencia del olor a papel.

Diego es un hombre culto, y reconoce la diferencia del papel de principios de siglo con el papel del dieciocho. Es amigo de sus amigos y estudioso de grande poetas y pensadores.

He gritado junto al árbol. He gritado mucho. Tiene que volver dios. Debe estar conmigo. Necesitar a dios y no tenerlo es vivir la cotidianidad. Lo de todos los días. Una mezcla vulgar que nos condiciona.

Trapiello, Bonilla, Feu, los que buscan y encuentran libros en mercadillos, en internet. Todos dejarán paso a los virtuosos de la informática. Aquellos capaces de programar y descargar sin pagar. Hacker del ebook.

Hace frío por las noches. A veces un viento desagradable azota las ventanas. Siguen cayendo bellotas. También hay menos pájaros. Las plantas se arrugan como los versos. Este invierno será duro, menos agua pero más frío.

Todo volverá a renacer en primavera. Las descargas serán masivas y habrá muertos del invierno, amantes de los libros que dejarán colecciones completas a sus herederos. Hay que estar atentos, mucho más atentos.