lunes, 25 de octubre de 2010

The Face (cincuenta) (Tercera Inclinación)



En los momentos importantes, en esos donde el ser humano se vuelve un cobarde, damos la cara. Y lo hacemos siempre para sorpresa de muchos. También existe la poesía sin valor, la titubeante. Esa que oculta en bellas líneas las miserias humanas de la degeneración.

Antes de leer esa poesía debes tomar a Platón. Acariciar su filosofía como si fuera tu propia existencia y dejar que todo fluya. Nada permanece salvo la ausencia de generosidad. No hay secretos. El miserable acabará desdichado, es un canalla. Y la poesía no puede ser perversa. Tal vez irreverente, pero nunca baja.

Tomo algunos libros entre las manos que comparten recuerdos. Muchos recuerdos. Y pienso en esos días donde la finura generaba versos. La alegría, la felicidad. Otros tiempos, otros versos. Y sobre todo otros poetas, otras personas.

Ahora sólo encuentras gusanos. Gordos, hermosos. Pero debes tener mucho cuidado que el pájaro te come. Aunque acabes comiéndote al pájaro, ya estará muerto.

La vida siempre nos hace recordar lo bueno. Lo malo es evitado. Debe ser evitado pero nunca olvidado.