lunes, 31 de agosto de 2009

¿Vuelta a la normalidad?



Ahora todos clamarán aquello de la vuelta a la normalidad. Y yo me pregunto, ¿será a la anormalidad?

La verdad es que estábamos aquí tranquilos, todos hemos hecho cosas nuevas, todos venimos cargados de propósitos imbéciles. Pero en el fondo hemos estado, y hemos sido. Hemos seguido siendo uno, el mismo de siempre. Escribiendo y viviendo, que para eso nos dicen que somos, que estamos.

Y ahora, todos esperan que su vuelta sea redonda, tal como fue la marcha. Pero es imposible. Tantos días, tantas lunas, tanto calor. Todo hace que piense qué mereció la pena realmente.

Y la vuelta es eso, la nueva huida, la misma excursión hacia la nada.

Sean bienvenidos, mal hallados, y siempre recomenzados. Hasta siempre. Hasta nunca.


domingo, 30 de agosto de 2009

La Luna en Siltolá





Siltolá





Pedro Chicote






Ayer me regalaron un libro. Antiguo, con olor a rancio, y las hojas que han tomado el tono medio marrón, medio gris, por culpa del tiempo.

Cocktails (Madrid, 1928), es un libro de Perico Chicote (1899-1977). Chicote era algo así como el Antonio Burgos de la hostelería, camarero del mítico Ritz, su pasión eran los cócteles. Los fabricaba como nadie. No se extrañen que los suyos los probaran desde la Loren, hasta Fleming, pasando por la Gardner, Sinatra o Cooper. Tomar un mojito a mitad del siglo XX, o un margarita, o el propio cóctel “Chicote” era un lujo, siempre que él lo fabricara.

En el libro aparece una foto del Rey, saludando a Perico, y cuando vi la hoja, me dije “menuda putada monárquica que me han gastado”. Pero sí, para qué negarlo, aunque el monarca en este caso fuera Alfonso XIII.

Busco y rebusco el “Mexican Mule” entre las páginas de la obra, pero nada. Se ve que Chicote nunca se sentó a hablar con dios.


viernes, 28 de agosto de 2009

El Ardentía



Juan García, El Ardentía, era y es un personaje necesario en la Playa de la Caleta. Desde la chirigota de los “robot” de cocina hasta sus agradables y necesarias palabras veraniegas a los bañistas que acudían a la playa, pasando por su arte “de altura” desde la torre de vigilancia.

Y sus palabras para la empresa que lo contrató, no eran adecuadas. Una empresa de Burgos. Vamos, que en Burgos lo más cachondo que han visto y oído han sido los “chochos” salmantinos.

El Ardentía es necesario, necesario y suficiente. Cada una de las expresiones que salían por su “voz de ángel” desde el micro, eran esperadas con pasión por los asiduos veraneantes caleteros, soportadores del calor, del sol, y de la ausencia de “topless” que la rubia prohíbe, este año.

Dice El Ardentía, que si lo contrata el Carranza como “spiker“ , el Cádiz sube a primera antes que el Betis. Y ese duelo al sol entre Juan García y Melado, será digno de un recibimiento anglosajón. Vamos, de cojón de mico.

Teo, un favor, sé que has dicho que sus palabras no son motivos de sanción, pero con el paro que hay en Cádiz, con las empresas de genios ausentes de apoyo, y ese segundo puente que se nos va por las meadas de las lisas, quita a Vicente Sánchez y mete a Juan García, El Ardentía, que los Carnavales saldrán mejor, mucho mejor.


miércoles, 26 de agosto de 2009

Es la Vida



Siempre volvemos a lo mismo cuando anochece antes. Aunque el calor agobia a media tarde, las mañanas más frescas presagian ese cambio necesario y un regreso a la normalidad.

Deseada o no la rutina es la reina de estos días. Se hace tan breve el tiempo que los grandes almacenes en unas semanas comenzarán con otra campaña que acerca el fin de año.

Es triste descubrir que hemos vivido un poco más. Y aún jóvenes, nuestro alrededor nos engaña. Es la vida.


martes, 25 de agosto de 2009

Variación de "Ejercicios de Represión"



Mirar por la ventana la eternidad
es volver a comenzar sin un desvelo,
descubrir una suave pasión atormentada
mientras la vida regresa del origen.
Ese mito olvidado que nos mira
y nos dice a sí mismo que cumplimos
la triste obligación sin desperdicio.

Desatendemos el aprendizaje, la comprensión,
damos facilidades sin tener en cuenta
que la nueva mirada es la vida real,
la visión que nos hace sentirnos precisos,
eternos, predecibles y hasta costosos.

Una admiración siempre es incompatible
y la actualizamos en torno a la palabra:
el destino es el amor del hombre.

Ejercicios de Represión



Miro por la ventana mi eternidad
y todo vuelve a comenzar sin el desvelo,
es como descubrir una suave pasión
mientras la vida regresa al origen,
ese mito olvidado que nos mira
y nos dice a sí mismo que cumplimos
una triste obligación sin desperdicio.

Descuidamos de aprender, de comprender,
damos facilidades sin tener en cuenta
que la nueva mirada es la vida real,
es la visión que nos hace sentirnos precisos,
eternos, predecibles y hasta costosos.

Una admiración incompatible
que actualizamos en torno a la palabra,
y el destino es el amor del hombre.

domingo, 23 de agosto de 2009

Contrarios: bien y mal



Mientras Nadie conversaba con Satanás en el Infierno se acordó que el Universo es la lucha de los contrarios, del bien y del mal. Por tanto el bien y el mal se funden en la vida, en nuestro ser.

Satanás y Dios son la misma persona, son las dos caras del mismo ente, son la misma esencia diferenciada.

Cada uno vemos la cara que queremos ver, que elegimos libremente, de acuerdo con las circunstancias. Pero Nadie vio las dos caras del mismo ser. Por un lado sintió su rostro de escalofrío, y por otro la paz.

Paz y escalofrío unidos, y esa unidad provoca el desengaño.

La ley del Universo, una de sus leyes determina la contrariedad, la lucha de los contrarios. Entonces cabe pensar que si existe la suma de todos los bienes, el máximo bien propio e infinito, existe también la suma de todos los males.

Aunque eso no implica que en la suma de los bienes esté inmersa la suma de los males, de todos los males.

Dios no es una persona, es un ente difícilmente comprensible. Las dimensiones y categorías del hombre limitan la comprensión del propio Dios, del ente, de Satanás. El hombre sólo puede actuar por actos de fe.

El objetivo que Luzbel se había propuesto con Nadie era el de engañar. Y así cuando lo ha conseguido lo castiga con la vida eterna, con la no muerte, con la vida en la muerte o muerte en vida.

Nadie había perdido su propia esencia.


viernes, 21 de agosto de 2009

Universos Paralelos



Al pasear por las calles descubro a conocidos que saludo afectuosamente. Primero encuentro a una señora a la que conozco hace muchos años. Las palabras de rigor, y el deseo de un buen día para despedirnos.

Sólo unos pasos más y esta vez es un joven de reciente amistad. Los contenidos de la conversación son distintos, pero el cariño y el afecto idénticos.

Sigo mi paseo. A veces en un día son decenas de saludos.

Pero pienso. Muchos de ellos no se conocen y todos están en mi universo. Ellos no saben que existen los demás. Cada uno dispone de una vida y unos acontecimientos personales. Y soy la unión entre todos.

Nos pasa lo mismo. Si pensamos, estamos en situaciones similares. Idénticas.

Pero si me ausento, si desaparezco, esos “universos paralelos” dejarán de tener un nexo de unión único.

Ese contacto no es imprescindible. Todos hacemos nuestra propia vida sin necesidad de alguien que nos una. Pero nuestra propia existencia necesita de esos universos para seguir siendo vida.


jueves, 20 de agosto de 2009

Aquellos



Aquellos que desconocen la verdad visitarán las entrañas del infierno. Y dejarán de sufrir mientras sonríen.

Aquellos que mienten y hacen de la mentira su premisa, llorarán y sufrirán, en el cielo.

Y todos, juntos en la armonía de la locura, controlarán el tiempo de los vivos y muertos.


miércoles, 19 de agosto de 2009

Eternamente



Esperamos que vuelvan los recuerdos cuando la noche entorna su desprecio, y la oscuridad todo lo inunda. Sentirte castigado y no poder morir aunque desees, es un martirio eterno. Vagas, vagan tus intenciones y rechazas cualquier manifestación de consuelo o empatía.

Desear es querer, y querer es morir. ¿Dónde ha estado la culpa para vivir eternamente?


lunes, 17 de agosto de 2009

En toda tu integridad



Dando vueltas por el mundo, Nadie creía que había encontrado el amor. Aunque buscaba la muerte, nadie fue capaz de decirle, “Chaval, el camino es otro”.

Nadie, o nadie. La mayúscula es el síntoma de la indiferencia. Y dices que estás cansada, agotada. Cuando seas capaz de ser tú misma, tú. La que he conocido, entonces hablaremos. Pero debes ser tú. La muerte en toda su integridad.

Lo demás ha dejado la eternidad para otro tiempo. Los momentos son dulces, pero el azúcar no existe en esta historia. Siempre queda tiempo para intentar cambiar este destino. El amor deja paso al odio, y el odio busca el camino de la indiferencia, pero sólo por desesperación.

Y esta desesperación acaba en muerte. Provocada y sintomática. Como las buenas costumbres. Como el acecho.

No olvides, en toda tu integridad.


Víctor Jiménez

domingo, 16 de agosto de 2009

Mármara



El mar en Estambul es una caja de zapatos. Le llaman Mar de Mármara. Siempre lleva el agua en tarjetas de visita, entra por un estrecho y sale en otro.

Allí vivía ahora Nadie. Le habían dicho que podía visitar a Satanás en esa zona, cerca de Dardanelos, y acudió a su encuentro. Estaba asustado pero poco a poco la gente del lugar dejó de intimidarle.

Nadie, que deseaba su propia muerte como la emisión descafeinada de un noticiario en castellano, asentía a toda consulta realizada por los turcos. Asentía con desagravio, no era un desagravio comparativo, sino efímero, prudente. La muerte había sido su segunda casa en los últimos días y no podía ni deseaba dejarla pasar.

Pensar que entre los turcos tu muerte está cerca es como desear la visión de la aurora boreal en Capadocia, sin haber visitado nunca el lugar del nacimiento de los hititas, o haber traducido el Código de Hamurabi. Era la muerte.

Un día informaron a Nadie que Lucifer le esperaba. Fue un encuentro rápido. Apenas sobraron las palabras. No se vende el alma al diablo sin una contrapartida fuerte. Y lo grande aquí era la propia existencia. Una copa de Absolut (Vodka), y una sonrisa vertical para matar el tiempo. El encuentro con dios fue más rico (se decía) mientras Luzbel no apartaba los ojos de Nadie.

Ya no me queda nada, repetía Nadie en voz muy baja, nada. Su vida había dejado de ser suerte para pasar a eterna sombra. Y su cariz, era el propio Belzebú, sin amor propio.

Así fue como todos, dejaron de conocer a Nadie.


sábado, 15 de agosto de 2009

Todos conocen a Nadie



Hubo una vez un hombre que decía sentirse estimulado salvajemente por los efectos del infierno. Cuando disponía de un tiempo en su libertad visitaba a Lucifer y a sus seguidores. Hablaba con ellos, y se sentaba, cuando el sol se ponía y el rayo verde hacía su aparición, a departir.

Era tan grande el amor que les profesaba que un día lo invitaron a cenar a medianoche. Comieron abundantemente, charlaron largo y tendido. Y la conclusión que sacó nuestro hombre es el deseo de morir. Era tan grande ese deseo que en la vida pudo acabar con su vida, con su propia vida, y hasta intentó anular su capacidad para poder morir sanamente, majestuosamente.

No hubo forma de conseguirlo. La muerte se había convertido en su conquista, y su deseo era el propio poder de su existencia. Desde entonces, todos conocen a Nadie.


viernes, 14 de agosto de 2009

El monarca del capirote



La situación de mi país es insostenible. El gobierno de impresentables aferrados al capullo, y al capullo de Zapatero, un derrochador innecesario en la figura de un rey marioneta, repleto de montajes, la boda de Felipito Tacatún con la presentadora más que un amor, es un desecho social, cuando la monarquía estaba en sus horas más bajas, la iglesia impresentable por los hombres que la dirigen, los sindicatos que se llevan calentito el dinero y las subvenciones de la Comunidad Europea y del Gobierno, nuestro país sin sindicatos sería un país, ellos son un cáncer, y la oposición al frente de un inepto y estúpido, seguido por estúpidos e imbéciles que dicen y creen defender a su país, a su Comunidad, a su municipio.

Malditos sean los regidores, los comendadores y los impresentables que dirigen a España. Necesitamos un cambio. Lo peor está por venir. Y ese cambio ni está en el capullo, ni en el barbas triste, ni en Rosa Díez que se venderá al mejor postor como buena o mala política, escoria de la sociedad.

Esto huele a guerra. A guerra social. Con menos problemas en la calle estaríamos todos. Lo habrían tomado todo. Y con mucho menos. Se espera un otoño caliente, muy caliente. Y no lo olviden, no piensen en Guernica, ni en los tanques. Hay muchas guerras, y una de ellas, sólo una de ellas, nos puede hacer salir del mal a este país.

La recuperación, y siendo realista, y creyendo nada de de lo que dicen los interesados, llegará muy tarde. El clima de bonanza, o lo que dicen los impresentables del estado de bienestar que hemos vivido, nunca volveremos a verlo. Nunca. Y no lo olviden, la guerra. Que se mueran todos los regidores. Incluidos los monarcas del capirote.


jueves, 13 de agosto de 2009

Las responsabilidades del recuerdo



Nos encontramos en otro estado. Algo así como la depuración de responsabilidades del recuerdo. Y el recuerdo no miente, engaña. Como engaña la Iglesia y los hombres que forman sus entramados. Dios existe. Es evidente. La Iglesia no.

La gracia es una penuria que se soporta pero no se agradece. Hacer las cosas por actos de fe es triste mientras no exista el convencimiento. Citar a los pobres autores del recuerdo, que siempre son los mismos, es aún más lamentable. La grandeza de la sabiduría consiste en abrir la mente, dejarla al descubierto, y no tachar a nadie de reaccionario, impropio o desmesurado. Todo lo que se escribe se hace por algo.

Después de descubrir el pasado y lo que fue, de vivir el presente, nos adentramos en un futuro oscuro, pero con los alicientes del hallazgo. No podemos cerrar ninguna puerta, aunque somos libres para ello. Pero se cierra cuando ya se ha abierto, y se ha comprobado lo que hay dentro.

No tener la oportunidad de abrir es dejar en el camino parte de la vida. Es depurar responsabilidades sin tener en cuenta el recuerdo. Es mentir. Es engañarse.


domingo, 9 de agosto de 2009

El suicidio de la inteligencia



Hoy nos vamos a enfrentar a nuestra propia vida. Tomamos las maletas, respiramos hondo y, para adelante. No hay que mirar atrás. El pasado siempre será presente. Y nos espera un futuro cargado de luz, aunque con ciertas imprecisiones.

Decidir qué va a ser de nuestra vida a partir de un momento concreto es como encontrar la órbita de una estrella en nuestro entendimiento. Es como variar el rumbo de un cometa y cambiar su propia esencia, para dejar de ser cometa.

El silencio deja paso a la explicación y al diálogo, de forma momentánea. Después de hacerlo volvemos al silencio. Perder lo que quieres y lo que podrías haber querido es el suicidio de la inteligencia.

Pero vamos a dar el paso, de izquierdas o derechas, lo importante es el paso.


Morante de la Puebla en El Puerto



Toro humillado,
mi abuelo en otros años
reconocía que El Puerto
era coso de grandes,
de genios.

Muleta de torero,
pitón derecho y sangre,
vuelve la luna.

sábado, 8 de agosto de 2009

El camino de la esencia



Cuando descubrimos qué deseamos hacer, y cuál es nuestro fin, entendemos que estamos solos. Nadie puede acompañarnos en el camino de la esencia. Nadie ni nada nos reconforta ni nos gratifica.

Los momentos que consideramos de placer o compañía son situaciones engañosas y temporales. Los diálogos se vuelven violentos e incluso podemos hacer daño. No nos entienden, ni nos dejamos entender.

El abandono del propio yo frente a los demás es un hecho constatable y debidamente certero. Pero su duración es diferente en las personas. Hay quienes no soportan la soledad como signo de crecimiento y creación, entonces desisten de ello.

Muchas veces observo a las personas en distintas alturas esenciales. Lo curioso es que su cuerpo físico y material también lleva implícito las diferentes alturas. Me he visto arriba y también abajo. Aunque para subir siempre hay que caer, y hay que quedarse abajo.


viernes, 7 de agosto de 2009

La creación evidente



Para poder descubrir el principio de todas las cosas, la esencia misma de una naturaleza deseada y deseante pero nunca conforme, se deben adoptar unas aptitudes en la vida que conllevan sacrificio. Y es tanto el sacrificio que muchos quedan en ese camino. Y publican artículos en medios de comunicación, editan algún libro, le saludan en su pueblo al pasear por las calles. El grado de satisfacción temporal es grande, aunque el autor (artista) sepa que son humos de poco futuro.

Nos conformamos con la evidencia, aunque todos buscamos la esencia. Incluso esa evidencia llena a algunos. Y nuestra obra quedará enmarcada en los recortes de nuestros hijos y nietos. En esa familia hubo una vez un artista, un poeta, un músico. Pero ya el círculo se ha cerrado, el entorno es reducido y limitado. Y la esencia se limita exclusivamente a algo temporal y perfectamente localizado.

La creación exige un gran sacrificio. La creación es ruptura. Abandonas tu vida para poder entregar a los demás tu propia creación, la búsqueda de una forma sin fondos y de un fondo sin formas.

Fondo y forma. Esencia y evidencia. Y la decisión se debe realizar conscientemente. Es sí o es no, pero algo debes hacer. El silencio y la inactividad no son válidas en este momento. La actuación comienza, pero sin espectáculos públicos. Internamente.


jueves, 6 de agosto de 2009

Aleph



El mundo conocido es sólo uno. No hay más mundos por descubrir. El Aleph por tanto es una ficción de Borges, o la cardinalidad de los conjuntos numerables.

Tenía tantas ganas de descubrir el Aleph que quedé planchado al saber que su existencia era imposible. Pero además de ser imposible es innecesaria. No lo necesitamos en absoluto para poder vivir, para poder salvar la propia numeralidad.

El mundo por descubrir es exclusivamente el de cada uno de nosotros, nuestra existencia o nuestro propio yo. Pero no valen los deseos, ni siquiera las definiciones afectivas. Valen las formas.


lunes, 3 de agosto de 2009

Murakami-Mishima-Capote



He desayunado con el gato de Murakami. He almorzado con el amante de Mishima. Y he cenado con el camaleón de Capote. Hoy llevo un día completo. Muy completo. Hasta me duele la cabeza y el estómago no deja de molestar. Mezclar los alimentos es hacer experimentos literarios absurdos.

La muerte es mal compañera, mal consejera. Prefiero un libro de poemas de Vázquez Montalbán, por ejemplo Una educación sentimental. O tal vez de Cela, Pisando la dudosa luz del día. La noche conviene decapitarla en la sombra, en su propia eternidad.

Ese verso quiere salir pero no puede nacer. No debemos forzar los entresijos del poema. Las cesáreas literarias suelen provocar prematuros innatos. Y este género se presta a los sietemesinos.

Seguimos buscando el principio de todas las cosas, pero hoy no espero que amanezca.


El hortelano



El hortelano, era un gilipollas. Vendió su parcela (que la hicieron urbana por cierto) a cambio de paz y tranquilidad. Menudo cabrón.

Había intentado hacer un huerto ecológico entre tanto árbol, y le salió rana. Los bichos se comieron su cosecha, él no quería nada de sulfatos ni abonos, y acabó como acaban los tiesos, como una mojama.

De ahí que se comprara un perro, al que ordenó y mandó, el famoso dicho. Y el pobre perro ni comía (tenía que cuidar y acabar con los bichos) ni dejaba comer.

Se quedó sin cosecha, el buen o mal hortelano. Para su pena, y dicha.


domingo, 2 de agosto de 2009

Come pero no deja comer



Lope de Vega ya nos enseñó los amores desconcertantes, en sus desconcertantes sonetos, entre Diana y Teodoro. Pilar Miró llevó la obra al cine. El perro del hortelano, da para mucho. Pero no quería ni hablar de Lope, ni de la Miró, sino del dicho.

Dicen que el perro del hortelano, ni come ni deja comer. Pero eso no es cierto del todo. Ni del todo ni de parte.

Veamos. Si el perro comiera y dejara comer no sería el perro del hortelano, no sería perro. Si en cambio no come, pero deja comer, sería imbécil. Y si come, pero no deja comer, sí sería un buen perro.

No sé si lo habéis entendido a la primera. Para ser perro debe ser, y en primer lugar ser un buen can, que come, pero nunca deja comer. Así, es en su integridad lo que esperamos de él. Dejar de ser, es perder su condición canina, y por tanto existiría imaginariamente en la mente de aquellos que han forjado pura literatura, pero nada más.

Cuando utilizamos el dicho y lo aplicamos a una persona para referir una actitud, lo estamos haciendo equivocadamente. Ya que esa persona, al dejar de comer dejaría de existir.

Por tanto la expresión correcta sería: “El perro del hortelano, que come, pero no deja comer”.

Esta carga de talentos se ha producido hace unos días en una discusión entre un perro y un camaleón. Mientras el camaleón argumentaba el porqué de sus cambios de color, el perro le explicaba orgulloso que tenía un dicho popular, pero estaba equivocado. El camaleón se puso rojo, dio media vuelta y se marchó cabizbajo.


sábado, 1 de agosto de 2009

Duquesa de las Olas



En la playa, cada día hay más top-lís. Esas peras a la deriva. De todos los tamaños. De todas las clases y marcas. Conferencias, de San Juan, Williams, limoneras, del Comicio, Concord, de Agua, arrugás…

Hoy he conocido a una señora. Mayor, muy mayor. Bajó a la playa con albornoz celeste. Zapatillas de baño a juego y silla reglamentaria. Sin sombrilla, como las buenas soportadoras de sol de atardecer.

Cada paso que daba llamaba la atención. De pronto todos los que estábamos allí volvimos el rostro a su presencia. ¡Qué elegancia! ¡Qué pleitesía! Cada paso era un arte, y todos, los órdenes griegos.

Se sienta en su silla, y una niña que le acompaña fue a jugar a la orilla. ¡Es un gusto verla! Pregunto y me dicen que se trata de la Duquesa de las Olas, enviudó a los cincuenta, y ahora veranea en mi Urbanización.

De esos labios sólo pueden salir palabras de éxtasis. Gloria bendita, ¡qué dirían en mi pueblo!. Pero habló. Y soltó por esa boquita, con comisura de labios de Chanel, auténticas burradas.

- “Caroline, te he dicho sienes y sienes de veces que no jociques en la arena, hija puta”.

Y así se despachó la Duquesa a su nieta ante nuestra sorpresa. Los conocidos del lugar ya la habían oído en otras ocasiones, y no se molestaron. Yo, en cambio, sí, quedé perplejo. Tanta gracia había muerto. Tanto señorío acababa de agonizar.

Se quitó su albornoz celeste, y top-lís. Joder, ¡qué fuerte! Peras de agua mineral de Solares, la que sólo sabe a agua. Y a la altura del ombligo, para no defraudar. Y del tanga de leopardo, otra sorpresa. Nudo en la delantera. Y me dicen que fue muy moderna en su juventud. Que se puso una anilla en el papo, cuando no existían los piercing. Y ese nudo, lo tiene, porque el papo le llega a la rodilla.

Duquesa de las Olas, me has defraudado. Una barbaridad.



(Selu, lo del papo es tuyo, miarma. Con todo tu arte.)